No le bastaba con las pocas imágenes que un hombre puede o tiene derecho de recordar: se exigía fechas, lugares precisos, tonos exactos de luz y pormenores de ternura, enumeraciones de citas, de palabras, y de tanto pensar en Mariana, se le gastaron los recuerdos.Antonio Muñoz Molina. Beatus ille
La precisión no es real. ¿Y es, por no ser real, menos verdad? ¿Y cómo se ha de ser cuando se inventa? ¿Precisos para autojustificarnos, o imprecisos para creernos que lo que decimos es más cierto, para creernos verdaderos, más reales? Aquí algo falla: la vida, el ahora (y como consecuencia el después) si creemos que el error (más nuestro) es el pasado.
2 comentarios:
Buenísimo.
Creo que la vida (la cotidiana, la que se vive más que se piensa) es imprecisa e irreal por definición, sobre todo por la noche.
El peso desestabilizador del pasado, en esa imprecisión e irrealidad, es brutal.
Muchos besos.
Ay, Berta, me produces tanto amor y admiración. Me sonrojas. Y me has alegrado el día.
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