1. Cada vez me lleva mucho más tiempo escribir. Cada vez pienso más y más una idea antes de empezar a trabajar en el papel o la pantalla y, después, tardo más en estructurarla en el poema y equilibrar un borrador. Cada vez tengo menos impulso. Cada vez busco la emoción -porque esa capacidad de ingenuidad sigue pareciéndome necesidad para seguir viviendo- en el discurso cotidiano, con todo lo que conlleva (nada tiene que ver, por otra parte, con el discurso "de la experiencia").
2. Tengo muy claro el concepto del lenguaje sobre el que trabajo. También la (in)utilidad de la comunicación. Escribí para la revista del Centro de Poesía José Hierro, hace un par de meses, una reseña de Las fronteras del lenguaje de Uljana Wolf. Me sirvió de excusa para aclarar según qué ideas sobre el lugar no-común de la lengua. Y quizá le atribuí (aunque es cierto que las creo también en ella) algunas:
Vladimir García Morales nos ofrece en Fronteras del lenguaje (La bella Varsovia, 2011) una cuidada selección y traducción que recorre los dos libros y algunos poemas inéditos de la poeta alemana Uljana Wolf, en los que la vida se rinde al funcionamiento de la palabra.Entre los poemas que atañen a Kochaine he comprado el pan, su primer libro, destaca Mi catastro, una composición matemática y serial que reformula el lenguaje desde la limitación de los recursos y el vocabulario en uso, optimizando las posibilidades de cada uno y alcanzando nuevas formas de expresión.
El idioma, también en Falsos amigos, resulta un lugar no común incluso para sus hablantes, puesto que los engaña y desdice. La lengua no sirve de herramienta o espacio donde encontrarse y es en la relación del sujeto con los demás (figuras como el padre, la hija o la tía) donde el yo surge y, por tanto, son la producción e interpretación de los mensajes el motivo de la evolución y el crecimiento. A su vez, entrevemos que sólo un idioma puede sostener el verdadero significado del discurso (razón de los subtítulos en el conjunto Subsisters), aunque esté sujeto en sus hablantes a la posterior interpretación. Así, producción e interpretación, ambos hechos subjetivos, constituyen la naturaleza de las relaciones humanas (Traducir) provocando el conflicto, vital y discursivo. En esto, crucial resulta el poema que titula el primer libro: “aún sin un modelo / sin respuesta correcta // solo el habituarse a”. El idioma es hábito, construcción cultural y costumbre, por lo que su reformulación deriva de lo cotidiano.Cierran el libro varios poemas inéditos, que sustituyen la anécdota cotidiana por el entorno natural, pronosticando un futuro poético brillante que comienza a indagar en la naturaleza y limitaciones fragmentarias del recuerdo y el pensamiento.
3. Cada vez me duele más pensar si nuestro yo sería algo sin (preposiciones) el resto. Digo "(preposiciones) el resto" porque esa es la estructura, la fórmula en que nos somos. Es decir: yo soy a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, excepto, hacia, hasta, mediante, para, por, salvo, según, sin, so, sobre, tras el resto. La única que no tengo clara es "yo excepto el resto". Ser sin el resto implica que el resto sí que sea, pero yo prescinda. Pero la excepción no la tengo tan clara. Pensaré, no obstante, y quizá llegue (como en algún momento lo he hecho) a una conclusión muy parecida.
4. Pensando todo esto, y muchas otras cosas más que ahora no vienen al caso, he armado la primera estructura-borrador de lo que terminará siendo un libro (el cual no tiene título). (Los títulos de los poemas que aparecen a)son poemas acabados b)son poemas sobre los que tengo una seguridad importante.)
NOSOTROS ANTES DE NOSOTROS MISMOS1. Preposición EL PADREEl aviónDisgregaciónFebrero2. Preposición LA MADRECatacrésisNOSOTROS PREPOSICIÓN NOSOTROS MISMOSPartitocracia1. Preposición EL HERMANO2. Preposición LA HERMANANOSOTROS DESPUÉS DE NOSOTROS MISMOSPedagogía correctivaLa ventana
5. Quiero que los poemas, aunque crea en la inexistencia de una comunicación real, que se ajuste siempre a los propósitos verdaderos y exactos del emisor, intenten comunicar (de ahí la anécdota cotidiana). Si ya ni siquiera intento comunicar, la escritura (un acto de comunicación más) no tendría sentido para mí.
Quiero que mi padre, que no tiene estudios, entienda al menos una imagen. O la gratitud que siento en muchos momentos. Es con eso, a fin de cuentas, con lo que me conformo.
6. Me gusta compartir, escribir sobre lo que trabajo. Supongo que tiene que ver mi gusto por descubrir las trayectorias y motivos de evolución en la escritura de mis preferidos. No me importa enseñar borradores, que sé corregibles, pero que empiezan a tomar forma. Siempre aprendo de los demás.
Aunque estos post (los de los poemas-borradores o los que reflexionen sobre estos temas) desaparezcan antes o después de aquí, me gusta compartirlos. Quizá alguien (y yo esté equivocado) entienda exactamente lo que me preocupa y aprendamos.
3 comentarios:
Querido Britney: interesantes borradores, mucho. Aún estoy pensando en yo excepto el resto. Tan solo con el punto 5 ya está todo dicho, con sus contradicciones y todo. El problema es la palabra 'comunicar'.
Seguiré otro día, que las telarañas del sueño y del amanecer me enturbian el entendimiento.
Abrazos.
Leeré atentamente.
Qué difícil la comunicación.
Abrazos
Alber
¡Qué interesante, Alber!
Me fascina la idea del "Yo excepto el resto", creo que podría convertirse en la más funcional o productiva en cuanto a lo comunicativo y lo social. Paradójica y precisamente porque se enajena al individuo o se le aísla como ser social que es. Pero eso ya lo dijo Aristóteles, ¿no? ;) ¡Beso!
http://www.freinet.org/ne/93/recherche93-pdf.pdf.
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