Esta esperanza yo no la he buscado. Roberto Bolaño

Apertura. Conocimiento

PEQUEÑO EJERCICIO

Piensa en la tormenta deambulando por el cielo
con dificultad, como un perro que busca un lugar donde dormir;
escúchalo gruñendo.

Piensa cómo deben verse ahora las claves del manglar
yaciendo afuera, impertérritas a los relámpagos
en la oscuridad, familias de bastas fibras,

en las que, alguna vez, una garza podría erguir su cabeza,
agitar sus alas, realizar un comentario incierto
al tiempo que el agua circundante brilla.

Piensa en el bulevar y en las pequeñas palmeras,
todas plantadas en fila, que de repente se revelan
como puñados de mustios esqueletos de peces.

Allí está lloviendo. Al bulevar
y a sus paseos rotos, con maleza en cada grieta,
les orinan para mantenerlos húmedos; al mar para refrescarlo.

Ahora la tormenta escapa de nuevo en una serie
de pequeñas escenas de batalla, mal iluminadas,
en todas y cada una "otras partes de este campo".

Piensa en alguien durmiendo en el fondo de un bote de remos
atado a la raíz de un mangle o al pilar de un puente;
piensa en él sin heridas, extraña vez molestado.

Elizabeth Bishop
(Trad. Alberto Acerete)

1 comentarios:

iban oroza dijo...

Este poema da una extraña sensación de que todo se necesita en forma mutua: la tormenta, la garza y las palmeras. No he leído el original, pero la traducción se lee con placer.

Un saludo,

iO

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Soy Alberto y soy muy humano, yo quiero a todo el mundo. Como Nati.