Ayer, como soy pobre, salí a mirar y tocar libros, pero no compré ninguno. Sin embargo, me enamoré de uno que, en cuanto pueda, pillaré. En cada página, aciertos. Es un libro bonito y comedido. Un libro que no busca ser, donde no hay nada estridente y sin embargo los poemas son. Y al ser, revelan. Es un libro de alguien que se da cuenta de en qué consiste la vida y aflora en sus palabras el respeto hasta por aquello que no comparte. Celebra ser y celebra la poesía.
Lean, busquen, compren si pueden La hija del cazador de Pilar Adón. Está en La bella Varsovia.
Me gusta que no se busque o intente ser y que sin embargo se sea. Así me gustan los poetas.
Y una canción de Deerhunter, hablando de cazadores:
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